26/11/17

EL AMOR Y/O EL MIEDO



Así como las conjunciones determinan la relación entre dos elementos de una frase, también el amor y el miedo lo hacen entre los diferentes elementos que conforman nuestra experiencia vital.

El miedo nos lleva a vivir de forma disyuntiva, en un constante "o" que nos separa y define por contraste: esto "o" lo otro. Soy bueno "o" soy malo. Soy de derechas "o" de izquierdas. Soy de los tuyos "o" de los otros.

El amor en cambio es copulativo, en un sentido más literal que metafórico. Es un rotundo "y" a toda aparente incompatibilidad entre opuestos. Es un vínculo que me define en la relación con todo lo que me rodea, en lugar de hacerlo en lo que me diferencia de ello. De ese modo puedo ser una expresión del bien "y" del mal donde no soy ni una cosa ni la otra "y" soy las dos a la vez.

El amor no ordena la vida en un sentido lógico, tal como lo hace el miedo para intentar controlarla, sino que se expresa desde la integración de lo paradójico, de tal forma que todo queda incluido en su abrazo incondicional.

El amor no elije entre el bailarín "o" la bailarina. El amor es el baile que se expresa a través de la relación entre el bailarín "y" la bailarina.

¿Bailamos?

11/7/17

VIVIR DE PUNTILLAS



No has venido a pasar por esta vida de puntillas…

No has venido a resolver, a la primera, cada desafío, ni a mimetizarte con los cánones de moda, ni a ser políticamente correcto, ni a poner al mal tiempo buena cara. No has venido a vivir una vida profiláctica que termine en un cadáver del que todos digan «qué bueno era». 

Has venido a ser feliz.

Y no hay felicidad en el miedo a no encajar, a no gustar, a no ser adecuado… para los demás. Siempre para los demás. No hay felicidad en los límites del buenismo, que tan a menudo se confunde con la bondad. Nadie puede ser feliz mientras se niegue a explorar lo que le motiva, solamente porque su entorno no lo entienda, o no lo apoye.

La felicidad implica libertad y responsabilidad. Libertad para equivocarte las veces que sean necesarias hasta que descubras lo que de verdad tiene valor y lo que solo eran fantasías descartables. Responsabilidad para aceptar la experiencia resultante de cada decisión que tomas, de cada paso que das, sin recurrir al victimismo cada vez que las consecuencias de tus elecciones no sean las esperadas.

Nada te está impidiendo vivir la vida que deseas, salvo el miedo a perder esa imagen que quieres que los demás conserven de ti.  Una imagen «aceptable» que compense la patética idea que, en el fondo, tienes de ti mismo.

Quítate los guantes. Deja que la vida te ensucie. Deja que te roce lo suficiente como para que te arranque todas las creencias falsas que tienes acerca de ti, escondiditas detrás de la cara luminosa que tratas de mostrar al mundo.

Quítate las máscaras. Quédate desnudo de historias y conceptos… Y siente. Eso que sientes, solo es miedo. Miedo a tu libertad. Miedo a tu felicidad… Pero se te acabará pasando. Confía en ello mientras lo respiras a bocanadas llenas. 

No sigas viviendo de puntillas. 

¡Estás aquí para expresar quién eres!