En ninguna otra circunstancia necesitamos tanto el amor como en esos
momentos en los que nos sentimos erróneos, frustrados, indignos,
carentes, limitados o dolidos de algún otro modo.
Querer
corregirnos primero para poder sentirnos después merecedores del amor es
el modo más astuto que tiene nuestro ego para mantenernos separados de
lo que más anhelamos en este mundo.
Piénsalo. Para autocorregirte necesitas juzgarte en primer lugar, y es
ese juicio, y ninguna otra cosa, lo que te hace creer que el amor no te
ama aquí y ahora, lo que te hace creer que el amor te pone condiciones,
que te lo tienes que ganar, que no eres digno siendo quien eres.
Pero el amor te está esperando justo en tu dolor, en tu confusión
mental, en tu limitación, en tus meteduras de pata, tropiezos y caídas.
El amor te sigue esperando en el único sitio donde aún no te has atrevido a buscarlo... En todos y cada uno de tus "errores".